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oesía y arquitectura son más que la suma de sus partes. Crean un significado y una experiencia. La poesía en la arquitectura funciona al ubicar y posicionarse en el espacio físico y también emocional y cultural. Permite encuentros, proyecciones, experiencias, sentimientos, emociones…

Con la poesía expresamos una idea con palabras muy precisas que se colocan para crear armonía dentro del verso y la estrofa, y así emocionarnos. En arquitectura es lo mismo: las medidas y las proporciones son centrales; se requiere un conocimiento preciso de los materiales y las técnicas involucradas. La arquitectura es poesía cuando es pensada, estudiada y reflexionada y entusiasma a quienes la experimentan, la viven o la visitan.

Simplemente es crear armonía, transmitir belleza e influir en niveles emocionales o espirituales más profundos.

La conexión más poderosa y sutil entre poesía y arquitectura se relaciona más con la estructura. Se apela al concepto y a la emoción. Logran sus efectos a través del desarrollo espacial y temporal, de la atención al detalle y la textura.

Poesía y arquitectura, espacios particulares.

Bertín Osborne cambió su casa de campo de Sevilla por una vivienda unifamiliar en Madrid y hasta que no vivió en La Florida no dejó de sentirse enjaulado y encerrado. «Una casa tiene la culpa. Blanca. Grande. Hermosa. Un sitio cómodo, en el que no hay sensación de encierro«. Un hogar que induce a los encuentros. «En nuestra casa de Sevilla hay que atravesar dos patios para llegar al dormitorio, y ahora, nuestro hijo entra por las mañanas en nuestra habitación, nos da un beso de buenos días y bajamos todos juntos a desayunar en pijama«.

La belleza de la naturaleza guía nuestra arquitectura. La Nava del Barranco se ha construido como si de un gran mirador se tratara, donde destacan los grandes porches abiertos y la fachada que desciende para dar lugar a la piscina que hace de línea del horizonte con la sierra.

Los huecos de fachada de nuestra casa en forma de estrella enmarcan cada una de las vistas del paisaje, introduciéndolo en la vida cotidiana del usuario. La luz invade el espacio a través de altos ventanales de estrechas dimensiones y orientados estratégicamente hacia dos de las cascadas que existen en la falda este de la montaña.

Una de las cosas más gratificantes es ver cómo la arquitectura que ha sido pensada, estudiada y reflexionada, entusiasma a quienes la experimentan, la viven o la visitan. Produce sensaciones que no te dejan indiferente y que en gran parte es gracias al respeto que se tiene por el entorno, consiguiendo una arquitectura en armonía con la naturaleza.